Situación:
Tenemos un congreso de investigación en Tokio muy importante
al cual el empleado tienen que asistir si o si. El problema es que el empleado
se casa.
Mila: Buenos días
Lucas, pasa por favor.
Lucas: Hola
buenos días.
Mila: El próximo
31 de octubre tienes que asistir al congreso de Tokio.
Lucas: Y cuál es
mi papel?
Mila: Vas en
calidad de jefe de departamento de investigación para hablar sobre los
materiales que estamos desarrollando.
Lucas: Perdone mi
indiscreción pero ¿no podría ir el ingeniero que lo está desarrollando?
Mila: La junta
así lo ha decidido y además eres el único que domina el japonés.
Lucas: Ya, pero la
conferencia se da en inglés.
Mila: Sí, pero
estamos muy interesados en que luego les vendas tú el producto en japonés. Que
les llega más.
Lucas: Avisé a
RRHH con hace un mes diciéndoles que me iba a casar en esas fechas.
Mila: Ya lo sé
Lucas, pero eres un activo muy importante para esta empresa y te necesitamos en
Tokio.
Lucas: No quería
llegar a este punto, pero debo mostrarme rotundo en mi negativa. Deberían
haberme informado con mayor antelación. Ya está toda la boda pagada.
Mila: Quizás
podamos llegar a un acuerdo. Podríamos correr con los gastos de la boda y
recompensarte de alguna forma.
Lucas: Lo siento
pero esta decisión no depende solo de mí. Tendrán que lidiar ustedes con mi
mujer y sus padres. Les hace mucha ilusión que la boda se celebre en ese día
concreto.
Mila: Todo es
negociable..
Reflexión:
A lo largo de la actividad en clase hemos visto muchos ejemplos de situaciones asertivas.
Los compañeros han salido a escenificar sus distintos diálogos y ahí es donde se aprecian de verdad los posibles "fallos".
Lo más normal cuando representas un papel es estar pensando en tu texto, en lo que tienes que decir y en cómo lo dices. Esto hace que el habla se ralentice y tengamos recurrir a muletillas y expresiones hechas para tener tiempo de pensar. En la práctica pasa lo mismo. Cuando estamos hablando con alguien, también nos paramos a pensar en el siguiente pensamiento. No me refiero a una conversación entre amigos si no a charlas un poco más complejas. Cuando hablamos con un superior por ejemplo.
En resumen, las muletillas no son malas, pero hay que saber como usarlas. Es bueno tener más de una y saber combinarlas para no sonar recurrente.
Prácticamente todos tenemos alguna, ¿Sabéis identificar las vuestras?
Un "no" educado no ofende a nadie, no crees??
ResponderEliminarLa verdad que el decir "no", se ha convertido en algo a tener en cuenta. Seguro que en más de una ocasión no lo dijimos y después terminamos arrepentidos.
ResponderEliminarPara mí, el decir no se ha convertido en un objetivo, ya que en nuestro mundo, a veces no queda más remedio que imponerse y dejar claro que no estamos deacuerdo con algo.